VIENTO DEL NORTE

 
en noches como esta, en las que el viento ruge enfurecido por el

resquicio abierto de mi ventana, es cuando el miedo flota sobre las

corrientes de aire, colándose disimulado por las rendijas de mi

corazón. es un viento frío, seco, que me recuerda el miedo que me

da quedarme sola. pero a la vez es un soplo de lucidez. en los

momentos en los que este vendaval te da en la cara ves el mundo con

claridad, distingues los contornos del bien y el mal, que

diariamente no entrevés entre las puntas del pelo. las respuestas

siempre están dentro de nosotros, por mucho que intentemos no mirar

hacia dentro para poder decir que no las encontramos. yo voy a

seguir mirando hacia fuera, al menos unos días más. y cuando el

viento vuelva a soplar del norte, ya hablaremos. ya hablaremos.