Y nada es suficiente. Corres, corres, corres, siempre hacia delante.
Pero a veces no puedes evitar mirar atrás y pensar que lo que dejas no era tan malo. Que de hecho podía ser muy bueno a su manera.
Miedo.
A quererte sin quererlo, a perderte una vez más.
Noche de releer historias muertas a las 4 de la mañana.
El miedo paraliza. Tomar decisiones es peligroso. Quedan todas las demás opciones para dudar. Pero hay que seguir adelante con lo que se ha pensado.
Valor.
8.12.11
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