8.3.12

Reality sucks


Y ahí estás.
Maravilloso, perfecto intocable.

Y ahí estás.
Maravilloso, imperfecto, intocable.

Y ahí estás.
Terrenal,  imperfecto intocable.

Y luego estás tú, que has pasado de nivel.
Confesiones que saben a hiel en la garganta,
cambian visiones.
La vergüenza corroe como la cal.

Noche para olvidar.
De cómo perder el tiempo emborrachándote y gritando
en un bareto de mierda para absolutamente nada.

Querría otra vida, sabe dónde la puedo conseguir?

El caso es,
que yo sé lo que pasa.
Si me lo tengo muy dicho.
Resulta
que no me merezo otra cosa.
Yo soy el tipo de tía del que los tíos se hacen amigos,
los que se hacen.
Pero nadie va más allá, nadie me quiere,
vamos a hablar claro.
No se enamoran.
Pero ojo, que no es su culpa.
Es que yo soy así.
Y claro, me duele.
Porque no me gusta, pero lo entiendo.
De esas realidades que te gustaría cambiar,
pero son realidades y así se quedan.

Y luego está la realidad de que yo soy gilipollas.
De que me tocan a la puerta y me salta el corazón en mil pedazos,
esperando que sea alguien que me quiera.
Alguien que ponga rodilla en tierra
y me diga lo que quiero oir.
Cuando en realidad es una panda de franceses gilipollas y borrachos
que vienen a casa de mi vecino a no dejarme dormir.
Porque ya total, qué es una noche más.

A lo que iba.
Lo de que soy una persona de mierda y todo eso.
Por que no es de esto que dices
"ay pobreta, qué mala suerte, qué cosas"
Resulta que es que soy una mala persona.
De esas rencorosas y envidiosas y malévolas en general.
Egoísta y orgullosa. Tacaña y miedosa.
Y se conoce que ingenua, o desmemoriada,
porque a veces se me olvida.

(Y sí, esa parte gilipollas de mí sigue esperando
que sea alguien especial el de la puerta.
Y sí, es el francés este creído y borracho de mierda)

En mi defensa diré que no creo que quiera estar en el lugar
de esta panda de borrachos agilipollados.
Pero tengo miedo de todo lo que está por venir.
De estas dos semanas eternas y cargadas de responsabilidades.
Solo quería celebrar mi día fatídico con la familia de aquí,
y me viene lo peorcito de allá.
Una desconocida, tres con las que no tengo trato
y una que me usa de paño de lágrimas de tarde en tarde.
Y las obligaciones. Y el nunca acabar.

I wish I had miss the first time that we kissed.
Or whatever.

Y nada.
Aquí esperando a los amantes imaginarios,
la desconexión cerebral,
el teletransporte a Praga,
la lotería,
o la muerte,
lo que venga primero y haga menos daño.
Es una desolación tan grande
que no sé muy bien cómo escribirla.
Cómo hacer entender qué es lo que siento,
porque ni yo misma me lo sé explicar.
No soy capaz de definirlo,
de ponerle nombre o medida.
Así que ahí se queda,
dando vueltas en mi corazón,
o lo que sea que duele entre las costillas.
Llamarlo corazón en mi caso
me parece pretencioso,
habrá que mirar en algún libro de anatomía
algún órgano algo menos glamuroso.
Algo más bajo.

Resulta difícil últimamente ponerse a escribir.
Las palabras pueden doler tanto o más que las pistolas.
Aunque también alivian,
como cuando se te queda una bala ahí a medias,
o algo así.
Espero que la muerte me encuentre soñando.
Dormir y no despertar.
Dormir y no despertar.


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